QUÉ CARACTERÍZA TODO PROCESO DE MEDIACIÓN FAMILIAR…
Voluntaria: Las partes acuden de forma libre, voluntaria y puramente potestativa y cualquiera de ellas puede abandonar el proceso de mediación en el momento que lo desee.
Confidencial: Respecto a todos los asuntos tratados, por parte del mediador y de los mediados.
Neutralidad: Las creencias o valores del mediador no interferirán en el proceso de mediación, pues son los valores, creencias e intereses de los mediados los que deben primar.
Independencia: El Mediador familiar no juzgará o valorará los acuerdos a los que lleguen las partes; tan solo, debe ayudarles a que exista ese acercamiento.
Imparcialidad: Se garantizará que cada una de las partes, tenga el mismo peso y protagonismo en el proceso de mediación. El mediador familiar lejos de guiarse por favoritismos, no se decantará por ninguno de ellos en detrimento del otro y debe defender las necesidades e intereses de ambos.
Diálogo y respeto mutuo: A fin de lograr este clima los mediados deben seguir las siguientes reglas básicas:
Deben querer llegar a un acuerdo y actuar de buena fe y de forma trasparente.
Deben respetar a la otra parte, oírle y escucharle.
Jamás se consentirán insultos, faltas de respeto, abusos, reproches fuera de lugar, etc.
No habrá situaciones de poder, primacía o superioridad entre las partes: ambas estarán al mismo nivel y las opiniones y creencias de cada uno de ellos tendrán idéntico valor e igual consideración.